Con un llamado a profundizar la cooperación internacional y a fortalecer políticas públicas basadas en evidencia para promover climas escolares saludables, finalizó el viernes 30 de noviembre de 2025 en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) el 10º Congreso Mundial sobre Convivencia y Violencia Escolar (WCSV2025). Durante tres días, el encuentro reunió a especialistas, autoridades, docentes y representantes de más de 15 países y 180 universidades, consolidando a Valparaíso como un punto de encuentro global para avanzar hacia escuelas más seguras, inclusivas y democráticas.
Organizado por el International Observatory on School Climate and Violence Prevention (IOSCVP)y el Centro de Investigación para la Educación Inclusiva (EduInclusiva) de la PUCV, el Congreso contó con el apoyo de UNESCO, UNICEF, el Ministerio de Educación de Chile, la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar y la Red Chilena de Investigación en Convivencia y Violencia Escolar.
La jornada de cierre estuvo centrada en el panel “Clima escolar: políticas educativas a nivel mundial”, donde especialistas de Estados Unidos, México, Canadá y Chile abordaron la importancia de fortalecer la investigación aplicada y el intercambio internacional para impulsar políticas que integren bienestar, ciudadanía, gestión educativa y aprendizaje. Como señaló Jonathan Cohen, destacado investigador en el Centro para el Carácter y la Ciudadanía de la Universidad de Missouri, en su intervención, el clima escolar no debe entenderse como un tema complementario, sino como una condición estructural para el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.
Diálogos con las Escuelas
Uno de los momentos más significativos del día fue la presentación de los resultados del proceso de Diálogos Intergeneracionales para el aprendizaje y la transformación, realizado junto al Servicio Local de Educación Pública de Valparaíso, UNESCO, UNICEF y la RLCE. Once escuelas públicas de la región participaron en espacios de conversación que reunieron a estudiantes, familias, profesores, directivos y profesionales de servicios públicos. Las comunidades describieron la violencia como un fenómeno normalizado y sistémico, presente en manifestaciones físicas, verbales, digitales, familiares e institucionales. Relataron experiencias de discriminación, abuso de poder y ciberacoso, destacando el impacto emocional y relacional que estas dinámicas generan tanto en estudiantes como en docentes.
El diálogo permitió identificar que la mezcla entre condiciones estructurales del sistema educativo y contextos familiares vulnerados alimenta prácticas relacionales que se reproducen en la escuela, configurando círculos viciosos de miedo, desconfianza y desgaste. También se destacó que muchas de las respuestas actuales son percibidas como reactivas y poco articuladas, aunque se valoran profundamente las prácticas de cuidado, acompañamiento emocional y protección desarrolladas por los equipos educativos, como mediaciones, actividades socioemocionales, espacios de calma y la presencia activa de adultos en patios y comedores. Junto con ello, las comunidades escolares señalaron la necesidad de avanzar hacia estrategias más sistemáticas, participativas y planificadas, con mayor articulación interna y un compromiso más activo de las familias.
Palabras de Cierre
En la ceremonia de clausura, Verónica López, directora de EduInclusiva PUCV y presidenta del IOSCVP, destacó el rol protagónico de Chile en el fortalecimiento de estas redes globales. Relevó que esta décima edición, la primera en realizarse en Sudamérica, permitió abrir nuevas ventanas de diálogo entre investigación, política pública y práctica educativa, reafirmando que la convivencia escolar es también una forma de construir paz y futuro común.
La jornada concluyó con las reuniones anuales del IOSCVP, del LATAM Hub–Coalition for Good Schools y de la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar, donde se proyectaron nuevas líneas de cooperación regional para los próximos años.
Con más de doscientas ponencias, nueve conferencias magistrales y un fuerte énfasis en la voz de las comunidades educativas, el WCSV2025 se consolida como un hito en la articulación entre ciencia, política y territorio. Su realización deja instalado un mensaje claro: la construcción de escuelas libres de violencia requiere investigación rigurosa, políticas coherentes, trabajo colaborativo y la participación activa de quienes habitan los espacios educativos.











